Desgraciadamente este mismo plan que fue exitoso y le dio resultado en el día a día, muy probablemente desarrolle un impacto negativo en el largo plazo. En primer lugar, la competencia puede reaccionar ante esta baja, en segundo lugar, el cliente puede desarrollar una expectativa en donde esté esperando que bajen los precios para comprar determinado producto o servicio, lo que te llevaría a estar manejando estas promociones constantemente, ya que acostumbras al mercado y no reacciona si no es a través del precio. Y en tercer lugar, la marca puede debilitarse debido a que cortaste el recurso destinado a fortalecerla.
Combinando estos tres factores ponen a la marca en una posición débil, con ventas que tal vez no sean las que esperas y esto seguramente forzará al Mercadólogo a hacer de nuevo, programas de disminución de precios, entrando a este círculo vicioso y enviando a la marca hacia un espiral peligroso en caída. Una estrategia de precios inteligente, debe ser eso: estratégica. Siempre debe visualizar un plan de largo plazo.
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