Las empresas colombianas no han entrado a una cultura de negocios internacionales, es decir, hay pocas empresas multinacionales en las cuales se requiere en crear relaciones a largo plazo con clientes y proveedores, en lugar de ello, practican el comercio exterior empírico el cual consiste en vender la capacidad extra de producción a mercados en el extranjero sin idear estrategias de producción, mercadeo, colaboración y/o control con enfoques globales.Es por todos sabido que en Colombia la mayoría de las empresas son pyme, de las cuales la mayoría si bien no pueden o les resulta arduo cubrir los costos que acarrea la internacionalización de manera directa como lo son logísticas, recursos humanos, servicio pre y posventa, sistemas de información e infraestructura organizacional con indicadores de gestión, entre muchos otros. Además desconocen tecnicismos del comercio exterior y terminología de distribución física internacional, sin mencionar aranceles, tarifas y medios de pago internacionales.
Siguiendo este orden de ideas, resulta imperativo redes empresariales de exportación conformadas por las pyme de los distintos sectores e industrias de nuestro país basadas en la asociatividad, si nuestro objetivo final es la internacionalización de los productos colombianos.
Dichas redes empresariales enfrentan ciertos problemas a la hora de implantarlas como los costos que deben incurrirse antes de que dicha cooperación genere utilidad, como también la desconfianza por parte de los socios que la conforman y la dificultad de coordinar todas las actividades conjuntamente. Sin embargo, la cooperación empresarial se presenta como una forma dinámica para lograr que las pequeñas y medianas empresas puedan resultar competitivas, integrarse en redes competitivas y acceder a recursos no disponibles como también a los mercados exteriores sin elevado riesgo, con mayor flexibilidad y con la posibilidad de cubrir los costos relativamente bajos.
Ubicados en el caso colombiano, dentro de los tipos de alianzas estratégicas que mejor se ajustan a nuestro entorno podríamos destacar a las empresas de comercio exterior o EMCOMEX debido a que estas empresas son ideales para aquellas que carecen de experiencia internacional, el cual es el caso de las pymes colombianas, además de dinamizar la inversión y el acceso a mercados remotos. Otra opción sería en piggy-back para aquella que no tienen la capacidad de realizar importantes inversiones en la creación de redes comerciales en el exterior, la subcontratación aprovechando la experiencia y conocimiento de un tercero ó por último los joint ventures beneficiando a ambas empresas con las ventajas competitivas de cada uno de los socios.
Dicho esto, es evidente que la clave del futuro de las empresas colombianas, y en general latinoamericanas esta en el concepto de consorcios de exportación o redes empresariales, ya que la tendencia actual está marcada por la absorción de las empresas pequeñas por parte de las grandes compañías multinacionales provocando un monopolio y haciendo aun más difícil la creación de nuevas empresas lo suficientemente competitivas para el mercado internacional.
lunes, 16 de septiembre de 2013
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