El 17 de mayo de 2008 en una de las aulas de la UNEFAB, se realizó una exposición sobre Gerencia y Liderazgo responsable enfocado en los Costos basados en actividades (ABC), dictada por el Dr. Luís Echenique, quien goza de una exitosa trayectoria gerencial en el IESA.
Según Echenique el Sistema ABC es un método que mide el costo de las actividades, recursos y objetos de los costos asignados a la producción, para sincerar y hacer más justo la distribución de los costos de producción, organizando las relaciones de los responsables de los Centros de Costos de las diferentes actividades.
Desde la misma perspectiva, Horngren, Sundem y Stratton (2001) definen este método como un Sistema que primero acumula los costos indirectos de cada una de las actividades de una organización y después asigna los costos de actividades a productos, servicios u otros objetos de costo que causaron esa actividad.
A tales efectos, este método se concibe como un proceso integrado por actividades individuales como objeto primario del sistema, las cuales deben ser realizadas de manera eficiente, en vista que de su efectividad dependerá que el producto o servicio sea ofrecido por la empresa a un precio competitivo en el mercado. En consecuencia, la información que proporciona se usa para corregir deficiencias, al comparar los recursos consumidos con los productos finales, más que para emplazar acciones o decisiones que conduzcan a un mejoramiento de ganancias y actuación operacional.
Es importante acotar que este método no es nada nuevo, en cuanto a que en su trayectoria puede distinguirse tres etapas:
I. Sistema tradicionales
II. Sistema de costos ABC
III. costos de la calidad
Es evidente, que el sistema tradicional se caracterizo por la predominancia de la recolección manual de la información, costos de procesamiento muy altos y la elaboración en masa de productos como la manera más usual de hacer negocios. No obstante, hace 150 años multiplicar la producción del mes, registrar el consumo, estimar el costo predeterminado y llevar la contabilidad, no requería de computadores debido a que no había inflación, por lo que se podía medir la eficiencia de producción sin muchos tecnicismos.
Hoy en día, además de requerir de la tecnología, el método ABC implica emplear los costos en la medida que se causen, obedeciendo con ello, al objetivo empresarial de maximizar la rentabilidad, para lo cual es importante conocer el costo (dividir ganancia entre la inversión), calcular la utilidad (ingreso menos egreso). De hecho se convierte en un reto bajar los costos sin bajar la calidad de los productos y servicios; por lo que, aumentar la calidad implica asegurar utilidad en el sistema de costos; cuyo objetivo es calcular los mismos y evaluar la gestión, procurando que el trabajador gane en función a lo que el empresario produce.
En otras palabras, si se obtiene ahorro en los costos, el mismo debe transferirse al cliente, abaratándose con ello el producto, y asegurando, su preferencia en el consumidor que busca calidad al menor precio. Esto significa, que evaluar la gestión gerencial tiene que ver con productividad y rentabilidad. De allí la importancia de definir estrategias de mercado bajo las siguientes premisas: aumentar el numero de clientes; conservar los clientes; aumentar las ventas y aumentar los clientes, proporcionar buena atención y servicio; hacer nuevos negocios.
Otros aspectos a considerar consisten en definir políticas de contabilidad consonas con la gerencia de calidad, investigación de mercados promoción y publicidad, investigación y desarrollo de productos o servicios, formación y adiestramiento del personal, beneficios al personal.
En este sentido, es evidente que el Método ABC, solo es aplicable en aquellas empresas cuya cultura y clima organizacional esté afianzada en la calidad; filosofía que implica la participación voluntaria de cada uno de sus miembros en la vigilancia de los procesos para garantizar la calidad como un compromiso de todos.
En Venezuela, son muy pocas las empresas que practican esta filosofía en su gestión, porque en el país con respecto a las empresas privadas no hay cultura de costos sino de precios, y en cuanto a las empresas públicas, es lamentable decir, que la actitud de su gente no es coherente con la misión de servir a la comunidad. Las instituciones solo se convierten en un medio de sustento, a la cual no se le debe ningún compromiso de vida, salvando por supuesto algunas excepciones.
Hago referencia a esto, porque mi experiencia laboral en estos últimos 15 años está fundamentada en una universidad pública y cuanto me complacería presenciar que los recursos otorgados por la OPSU como los ingresos propios fueran utilizados de una manera racional, no sólo por aquellos que la conducen sino también por cada uno de los que en ella trabajamos, y me refiero al obrero, al administrativo, a los técnicos y profesionales y docentes.
Este método, como lo refirió el exponente no sólo es aplicable a las industrias y fábricas sino también a empresas de servicio. Por lo que, no dejo sentado que en el caso de las instituciones públicas, no es que sea imposible aplicar el método ABC, sino que se requiere de un cambio cultural que implique cambios en las políticas de la gestión pública basada en la identidad y compromiso de la gente con la institución y con su misión ante la sociedad; de allí, que se vuelve imperante un cambio de actitud donde la conciencia en la disminución de los costos prevalezcan para el bien de todos los venezolanos.
Bibliografía:
Echenique (17-05-200), Gerencia y Liderazgo responsable enfocado en los Costos basados en actividades (ABC)
Horngren Charles T., Sundem Gary, Stratton William (2001), Introducción a la Contabilidad Administrativa, Prentice Hall. Undécima edición.
sábado, 21 de septiembre de 2013
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